martes, 1 de diciembre de 2009

EL DIBUJO DE LOS NIÑOS.

Los garabatos tienden a seguir un orden bastante predecible. Comienzan con trazos desordenados en un papel y continúan gradualmente evolucionando hasta convertirse en dibujos con cierto contenido reconocible para un adulto.

De manera general los garabatos se pueden clasificar en las siguientes etapas:

Garabateo desordenado

Los primeros trazos aparentemente no tienen sentido, y el niño parece no darse cuenta de que podría hacer con ellos lo que quisiera. Los trazos varían en longitud y dirección, a menudo el niño mira hacia otro lado mientras hace estos trazos y continúa garabateando. La calidad de las líneas varía, pero esto ocurre de manera accidental. El niño emplea diversos métodos para sostener el lápiz, puede sostenerse con la punta hacia el papel, de lado, sujetarse con el puño entre los dedos cerrados. No se emplea todavía los dedos o la muñeca para controlar el elemento que se dibuja. Muchas veces el garabato se hará no en papel, sino en el polo acumulado, sobre las paredes o muebles, sino se le proporcionan los medios y el lugar adecuado.

garabato

En esta etapa los garabatos no son intentos de reproducir el medio visual circundante, estos tienen como base el desarrollo físico y psicológico y no la intención de representar algo. El hecho de trazar líneas les resulta a los niños sumamente agradable, disfrutan del movimiento y de la actividad cinestésica que le representan sus garabatos.

De manera general se pueden presentar las siguientes características resaltantes en la etapa del garabateo descontrolado:

  • Deja trazos intencionales.
  • Carece de control visual sobre su mano.
  • A menudo mira hacia otro lado mientras grafica.
  • Los trazos varían de longitud y dirección.
  • Con frecuencia excede los límites del soporte gráfico.
  • Recoge sensaciones táctiles y cinestésicas, las visuales en menos grado.
  • Percibe modificaciones en la superficie donde grafica, pero se da escasa cuenta de la causa.
  • Toma el utensilio de maneras diversas y suele ejercer mucha presión con él sobre el soporte.
  • Experimenta con las propiedades físicas de la materia y utensilios (bi y tridimensionales).
  • Puede apilar dos o tres piezas de construcción.
  • A los materiales moldeables los pone en contacto con sus sentidos (huele, degusta, etc.).

Garabateo controlado

En algún momento, el niño descubrirá que hay una vinculación entre sus movimientos y los trazos que ejecuta en el papel. Esto suele suceder unos seis meses después que ha comenzado a garabatear, es un paso muy importante, pues el niño ha descubierto el control visual sobre los trazos que ejecuta, y representa una experiencia vital para él.

Ahora los trazos del niño serán casi el doble de largos, y algunas veces tratará de usar diferentes colores en su dibujo. En esta etapa le gusta llenar toda la página y todavía ensaya varios métodos para sostener la barra o crayón, alrededor de los tres años se aproxima a la forma correcta.

beau

Los garabatos son ahora mucho más elaborados y en algunas ocasiones descubre ciertas relaciones entre lo que ha dibujado y el ambiente, parecidos que sólo existen para él. El papel de los padres y maestros es ahora más importante, ya que, a menudo el niño acudirá a ellos con sus garabatos, deseoso por hacerlo partícipe de su entusiasmo, en este caso lo importante es la participación y no el dibujo en sí.

De manera general en esta etapa se pueden destacar las principales características:

  • Dirige su mano, con la vista, sobre la superficie donde grafica (coordinación visual-motora).
  • Al placer táctil y cinestésico se le suma su interés visual por las conquistas gráficas que va obteniendo.
  • Aparecen reiteraciones de trazos: circulares, líneas cortadas, puntos, etc. con centros de intersección.
  • Controla los espacios gráficos aunque a veces por el entusiasmo excede los límites del soporte.
  • Se reconoce autor por los trazos.
  • Puede superponer y alineas algunas piezas de construcción, sin combinarlas entre si.
  • Se interesa por dejar marcas reiteradas en los materiales moldeables

Garabato con nombre

Esta nueva etapa es de mucha importancia en el desarrollo del niño. En este momento el niño comienza a dar nombre a sus garabatos, puede ser que diga “ésta es mamá”, o “éste soy yo”, aunque en el dibujo no se pueda reconocer ni a la madre ni a él. Esta actitud de dar nombre a los garabatos es muy significativa, pues es indicio de que el pensamiento del niño ha cambiado.

Esta etapa tiene lugar alrededor de los tres años y medio. La cantidad de tiempo que un niño le dedica ahora al dibujo aumentará y los garabatos serán mucho más diferenciados. Los trazos pueden estar bien distribuidos por toda la página y a veces estarán acompañados por una descripción verbal de lo que está haciendo. Puede ser realmente dañino que los padres o los maestros impulsen al niño a que dé nombre o encuentre explicación a lo dibujado. Por el contrario, padres y maestros deben tratar de incentivar confianza y entusiasmo en este nuevo modo de pensar. En esta etapa se pueden mencionar las siguientes características primordiales:

garabato3

  • Ejecuta formas cerradas, generalmente circulares y trazos sueltos que asocia con objetos de la realidad, dándoles así un nombre.
  • Hay intención representativa, aunque un adulto no pueda reconocer el objeto representado.
  • A veces anuncia que es lo que hará antes de comenzar, y muy a menudo cambia de nombre mientras trabaja o cuando ha terminado.
  • Usa el color con criterio subjetivo para reforzar el significado de las formas.
  • Al modelar aísla trozos de material, les de nombre y puede hacerlos actuar como si fueran objetos reales.
  • Con material de construcción logran estructuras sencillas.

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